Suena una música que para muchos es peculiar y para mí totalmente cotidiana y que marcó mi vida desde que la escuché por primera vez. Una habitación que ya me es familiar y encuadra una ventana desde la que se puede ver una sierra que brilla hasta en la oscuridad, adentro un escritorio que contiene dentro de sus cajones la pocas cosas que trajimos; cuadernos con frases, sahumerios de manzana, una caja con tarjetas personales, anteojos y hasta un ticket de una cadena de supermercados que nunca oí nombrar; papel de liar y un frasco vacío que supo tener felicidad en forma de flor, recuerdos que inmortalizan un pasado del que estoy contento de dejar atrás así como dejé mi casa, mi gato, mis amigxs, mi música y mi familia para intentar descifrar los misterios de una vida que cada vez comprendo menos. Estar hundido en la incertidumbre es lindo y necesario para que cuando el momento cambie (nos han sacado hasta el poder usar esa palabra) podamos comprender que aquel instante fue del que más aprendimos.
Paso horas pensando si son correctas la decisiones para el bien de muchos, hundido en el pensamiento de que podría haber actuado de una u otra manera pero tengo que entender que no se puede volver al pasado para cambiarlo pero que puede hacerse mucho acá nomas, acá cerca… en el presente. Cambio la música por el reproductor de «la voz de la radio» para hacerme sentir cerca y me meto en su relato mientras no dejo de sorprenderme de algunos que necesitan tanto verse al espejo que generan que los demás también lo vean para comentar: -Menudos dotes de líder resultó tener este, che… Mientras ellos con sus caras parecen decir: -mirame, mirame, por favor, mirame, mirame, ¿Me ves?… ¿No me ves?. Como los nenes cuando quieren mostrarle la «moneria» que vienen practicando en soledad a los adultos que poco les interesa mientras toman uno y otro vaso de vino en medio de un debate de política que ya se parece más a una negociación de condiciones de rendimiento o guerra civil judicial que a un debate sobre ideas, proyectos y futuro… Hay otros, sin embargo, que se jactan de que la voluntad popular los puso en ese lugar de liderazgo pero toman decisiones que no condicen con su hablar porque en el fondo y cuando están solos (porque su moral no les deja decirlo en público) admiten frente al mismo espejo que les encanta y, hasta en algunos casos, me atrevería a decir que todo va planeado y actuado para obtener el liderazgo y hacer parecer que no lo querían. Hay una espécimen, incluso, que toma el lugar aprovechándose de su pobre imagen de chico tímido, justo y políticamente correcto casi al límite de que se escuche entre sus aduladores frases cómo: -Pobre chico.. super talentoso pero reniega de su talento porque no se siente merecedor de semejante gracia y se sacrifica en nombre de los pobres infelices que no pueden más que seguirlo como única posibilidad de vivir dignamente… hay de todo… créanme.. He conocido algunos que están agazapados esperando la distracción para tomar el lugar de un golpe y luego perseguir a los que no lo quieren hasta borrarlos de la historia porque es estúpido recordar a ésta altura que la historia es de quien la escribe, tema en el que no voy a entrar porque me iría por las ramas. En cambio, los que más repulsión me generan son los que toman el liderazgo de la luz, ponen la cara, sonríen y se hace llamar jefes mientras sueñan con el poder de ser ellos los que mandan pero, en la realidad, solo son manejados como títeres por el verdadero poder de las sombras, ése que manipula la comunicación y la información y que por lo general se hacen quedar a ellos mismos como los buenos del relato y hacen uso del ejercicio del liderazgo más inteligente y que saca más provecho. El que no da la cara. Creo que ese es el poder al que enfrentamos y que está más fuerte que nunca.
Hoy, desde lejos, puedo ver que eso es el mal que atravesamos, exiliado de sentimientos y abriendo los ojos al darme cuenta que gran porcentaje de todo lo que hice fue en vano mientras que los «líderes de cartón» ponen su cara en el noticiero de la prensa para que su beneficio crezca pero sin dejar de acatar órdenes que son enviadas desde las sombras. ¿Cuánto desea el ser humano ser alabado como un Dios y aparecer en los libros de historia? Uf…. evidentemente mucho. Herido aprendí a sacarme de encima los pensamientos de maldad que, como a todos, me atacan en los momentos en los que me doy cuenta que nadie se salva de la avaricia que lo lleva a atravesar con un puñal en el alma a ese hermano que estuvo peleando a su lado en primera fila desde siempre y hombro a hombro por el bien común dando la vida por la convicción de creer que el grupo hace a la fuerza y que esa fuerza se multiplica atrayendo consigo hazaña tras hazaña para el beneficio grupal. Nada importa ya y no puedo arrepentirme de lo que se hizo pero si, al ver como los egos bailan al ritmo de la necesidad de ver sus caras sonrientes en los carteles dar un paso al costado mientras no paro de observar como un juez de la nación se niega a declarar por una causa que lo acusa de montar una empresa de extorsión que rifaba las tapas del diario más leído del país para ser utilizada por y con fines políticos llenos de suciedad mafiosa.
Estoy acá entonces, en la misma sierra y lejos de mi tierra. ¿Por qué estoy lejos? Bueno… porque tuve que escaparme pero no de mí porque los que escapan de sí mismos solo pueden esperar una vida de fuga y no importa que tan lejos vayan, seguirán escapando de sus oscuros corazones. Me fui porque mi tierra y mis almas más cercanas ya no me ofrecen nada más de todo lo que me dieron que, sin duda, fue mucho. Quedé marcado y con sentencia de persecución por los graves momentos que atraviesa mi tierra. Los que llevan las riendas están pensando solo en su beneficio y ya llegaron a un punto donde volver atrás y parar significaría enfrentar un juicio y seguramente una condena o una guerrilla judicial o por lo menos un interrogatorio donde podrán mentir a mansalva y quedar libres por tener el dinero necesario para solucionar cualquier tipo de problema. Siendo esa la realidad más cercana no podía quedarme más tiempo por allá. Desde acá, sin embargo, tengo la posibilidad de actuar y tratar de regresar en diferentes formas, en palabras, en sociedad secreta, en logias, en organización porque esa falsa guerra mediática que crearon para volver a hacerse del poder perdido durante décadas y alzarse a la vistas de todos va a ser devastada por la historia y simplemente por el afán de mostrarse líderes porque, queridos amigxs, no es lo mismo mostrarse que ser porque muchos de esos que vemos líderes no serían nada sin el poder que estratégicamente por decisión propia se maneja en las sombras. Tal vez observar a la distancia pierda olores, sensaciones, tactos y hasta percepción de realidad pero puede dar una perspectiva necesaria para ubicarse en el lugar correcto y poder analizar los hechos de manera más objetiva, el mismo efecto que causa subirse a la sierra que está en mi ventana para ver desde lejos como marcha hacía acá el enemigo.