Allá por 2015 junto a Federico Verteramo, Jorge Costales y Germán Pedraza comenzamos a soñar y planificar la gira que titulamos #Europabluestour. Un sueño que veíamos difícil pero no inalcanzable. Fue ahí cuando nos pusimos manos a la obra. No es fácil, en ningún lugar del mundo, autogestionar de manera independiente la producción, logística y contabilidad de una carrera musical, con el tiempo hemos ido aprendiendo a trabajar, a administrarnos, a difundirnos y planificar. Aquella aventura era la primera apuesta que iba más allá del Océano. Salió mejor de que esperábamos. Desde este rincón alejado del mundo pisamos el aeropuerto con 14 shows confirmados en 6 países europeos. La historia que nos importa ahora fue el show del Festival Viena Blues Spring donde compartimos escenario y conocimos a Jörg Danielsen, un músico austríaco con quien, desde ése día, no hemos dejado de compartir escenarios, giras y estudios de grabación. Aquí, entonces, se encuentra el primer adelanto «¿Dónde está mi birra?» del disco «Guess who’s got the blues» que grabó Jörg durante su segunda gira en Argentina junto a nosotros y contó con algunos de nuestros amigos como invitados.
Es difícil narrar un sueño
Llegamos a Vienna por primera vez la tarde de un 11 de abril de 2016 después de haber atravesado algunas aventuras y contratiempos. De movida, sabíamos que era el momento clave para que toda la gira salga de manera satisfactoria ya que sentíamos al show del Festival Vienna Blues Spring uno de los más importantes del tour . Dos días antes; el 9 de abril tuvimos el segundo show del tour en Toulouse (Francia), motivo por el cual teníamos un día para atravesar 1700km en nuestra WV alquilada que, para ése entonces, ya era nuestro hogar en las tierras lejanas de Europa.
La primera decisión importante fue la de elegir el camino más conveniente. Se extendían ante nosotros tres posibilidades brindadas por nuestro aleado incondicional Google Maps. Las opciones fueron: por Francia y luego Alemania hasta llegar a Viena, por Suiza y Alemania hasta llegar a Viena o por la costa Italiana hasta llegar a Austria. Los debates parlamentarios fueron acalorados hasta que, finalmente, se decidió por la segunda opción; el camino de los Alpes Suizos y Alemania, relegando la costa italiana para la segunda gira.

Salimos el 10 de abril temprano a la mañana habiendo dormido muy poco con el objetivo obligado de llegar a Munich, donde teníamos reservado un hostel, entrada la noche para dormir y salir temprano el 11 para así llegar a la prueba de sonido citada a las 14:00hs en el Vienna Blues Spring sin problemas.
Seguimos entonces navegando nuestro VW encandilados por la belleza de los Alpes en medio de una primavera que para nosotros tenía sabor a un crudo invierno, nuestros abrigos así lo decían.
Prácticamente como lo habíamos predecido, y luego de varios sandwiches de jamón y queso, llegamos a Munich entrada una noche helada, lluviosa y oscura. Guiados en la confianza ciega de nuestro GPS arribamos al hostel que dejamos reservado en una de esas páginas que hacen esas cosas. Creo que eran como las 2:00am. Imaginemos cuatro muchachos luego de un show y 1700km, con pocas horas de sueño, en un país extremadamente diferente y sin hablar una sola palabra de alemán. Fue así como Federico y Germán ingresaron al hostel para hacer check in. El recepcionista, un alemán mayor de caracter poco amable, les comunica que no teníamos un lugar para dormir. Intentamos decirle al hombre que estaba equivocado y que sí teníamos una reserva pero no pudimos obtener resultados positivo, el personal de seguridad nos invitó a retirarnos sin hacer escándolo. Fue ahí cuando tuvimos que pasar la discusión a la página de reservas para que nos solucione un problema que nos excedió. También en vano. Fue así como la noche del 10 de abril de 2016 quedamos varados, sin tener un lugar donde dormir, con un frío gélido que penetraba los huesos, con 1700km recorridos, con hambre, algo sucios y a 12 horas de la prueba de sonido y 475km de distancia del show más importante del tour.

La sesión parlamentaria de urgencia se dio dentro de la WV, ésta vez más acalorada que antes (necesario que así fuera por el frío y el cansancio que nos invadía) y se decidió seguir camino hacía la ruta, paramos a tomar un café (dato que no recuerdo pero queda bien jaja) para recargar fuerzas y buscar si existía posibilidad de arribar a esas horas a algún hotel cosa que fue imposible y salimos a la ruta nuevamente.
No recuerdo exactamente cuánto tiempo más manejamos pero habrán sido un par de horas más hasta que finalmente decidimos hacer lo correcto, nos detuvimos en una parada de camiones y nos echamos a dormir dentro de la WV o al menos eso intentamos hasta que la luz de un camión viniendo hacía nosotros nos despertó sobresaltados. Por suerte, el conductor sabía lo que hacía y no fue más que la luz en nuestra cara. Estaba amaneciendo. Buscamos un café, retomamos el camino y seguimos manejando. En pocas horas llegamos al Reigen Club de Vienna, (sede del festival) antes del mediodía. Obviamente no había nadie y pudimos bajar de la camioneta, estirar las piernas y recorrer un poco el barrio. No quiero imaginar lo que eran nuestras caras cuando el sonidista llegó a la puerta del club y se encontró con cuatro personas en aquel estado y todo nuestro equipamiento tirado en la entrada.
A partir de ese momento todo fue satisfacción extrema. Entramos al club, lo recorrimos, vimos los cuadros de los artistas que habían pasado por aquel escenario, elegimos amplificadores y tocamos en la prueba como si fuera la última vez. Ya se comenzaba a vivir la adrenalina previa a un show importante. Nuestro hospedaje estaba dentro del mismo club, en la segunda planta cuenta con un varias habitaciones donde se quedan la mayoría de los músicos que llegan desde distintas partes para dar su blues en el escenario del Reigen. Allí fuimos al terminar la prueba de sonido y no puedo explicar la satisfacción que sentí al ver esas instalaciones a nuestra disposición, al fin una cama, un poco de calefacción y un refugio de la lluvia que caía y caía desde que estábamos en Alemania.. Las palabras se terminaron, distribuimos de manera natural las camas y nos echamos hasta la hora del show.
Bajamos a la sala del club con la noche entrada, luces bajas, velas y un ambiente que de a poco se fue calentando. En el camarin nos esperaba, aunque no lo supimos hasta llegar, Jörg Danielsen y Edi Fenzzi. Un duo austriaco de guitarras y voces que abrirían la noche. Desde el primer contacto la energía fue hermosa y las cervezas muchas. Una de esas noches que no se podrán olvidar. Tocaron y los vimos, fue un buen show, comenzábamos a descubrir lo que tenía Austria para dar en materia de Blues. Un mundo que no esperaba. Que me sorprendió. Llegó nuestro turno y mejor que mis palabras dejo el link del set completo para que lo puedan ver, escuchar y observar nuestras caras de felicidad.
Al terminar el show todo fue como alguna vez se pudo haber soñado, vendimos discos, charlamos con la gente que había asistido al evento y en esas charlas nos encontramos con un fotógrafo austriaco que nos contó que había vivido en Argentina y sacado fotos a muchísimas bandas entre las que destacó a Pappo´s Blues y la vez que Miguel Botafogo también tocó en el Reigen.
Las luces del club se fueron apagando de una manera lenta y cuando ya no había nada más que hacer adentro salimos a la calle con Jörg y Edi, tomamos un «moon shine» que ellos tenían en su camioneta y así pasó la primera noche en Vienna cuando el sol apareció y nos despedimos.
Al otro día, el festival continuó y pudimos apreciar a Christian Dozzler y parte de La Mojo Blues Band el cual fue uno de los shows que más disfruté.
Con Jörg, por otro lado, seguimos escribiendo historias juntos, vino a Argentina en dos ocasiones y ahora, saldremos a presentar el disco en el que participó por Europa. El blues tiene eso hermoso; no para de construir vínculos y amistades. Larga vida a la unión de músicos y los puentes conectores que tantas alegrías nos dieron, nos dan y nos darán.